¿Quién no quiso alguna vez mirar al cielo y encontrarse con algo exótico, por así decirlo? Yo, personalmente, pienso que todos, incluyéndome hasta cuando anoche me acosté a dormir... Miré al cielo por la ventana, desde mi cama, y vi a esa estrella que se movía rápidamente. Me senté y acerqué mi cara al vidrio para estar segura de lo que veía; y yo que seguía ahí sentada, en la oscuridad de mi habitación, viendo cómo mi estrella se alejaba; y sin saber qué era lo que pasaba volví a acostarme. Mientras apoyaba la cabeza en mi almohada intentaba entender... Y lo único que me vino a la mente de inmediato fue un extraño paralelismo, donde la estrella era un corazón asustado, y mientras yo dormía él se alejaba para no volver... Pero la tierra es redonda y gira; quizás, algún día ¿Quién dice que no vuelva a pasar por mi cielo una vez más? Tal vez ése sea su destino, o no... Pero, ¿Qué es el destino? ¿Acaso realmente ya está escrito? ¿Y si cambiar su rumbo es nuestro propio destino? Personalmente creo que existe, pero no por eso podemos dejar nuestra vida en sus manos, pienso que hay que construir un puente para llegar al corazón de la persona amada. Nadie debería estancarse pensando: "ése es mi destino" y sentarse a esperar que llegue por sí solo... Es nuestro, si no lo encaminamos nosotros, ¿Quién más?
Y así una vez más una estrella se esfumó frente a mis propios ojos, como aquella noche en la que esa estrella fugaz apareció, y deslizándose suavemente por el cielo, mientras era contemplada, finalmente desapaeció.
Cecilia Noelia Zanoni.
"Hacerse cargo de lo que alguna vez dijimos, hacerse responsable de lo que algún día hicimos. A eso le llamo madurar"
ResponderEliminarcuanta verdad
buen blog
besos
muchas gracias!
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