Pasaste brillante, sonrisa fugaz.
Con tu haz de luz, a cualquiera encandilás.
Con tanta belleza, quién puede negarse a mirar?
Y así seguís, volando fugaz,
Encegueciendo mis ojos cada vez que me mirás.
Y vuela, vuela, que el cielo te espera,
Para tu risa, el lugar no es la tierra.
Cecilia N. Zanoni
Hermoso pasar por este blog. Saludos.
ResponderEliminarGracias Jorge!! Saludos.
EliminarBuen sábado, Cecilia. Te sigo leyendo!
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