Vivo del último beso que me diste
En aquella fría esquina
Donde tu mirada parecía eterna.
Vivo de ese infinito abrazo que nos dimos
En el frío de esa madrugada,
Cuando enredada entre tus brazos
Mientras tus labios me quemaban
No lograba ver
Que en aquella fría esquina
Y esa misma madrugada,
Sumergidos en un beso
Se daría nuestra despedida.
Cecilia N. Zanoni
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