Me besaste y el tiempo se detuvo,
como si el mundo
hubiera dejado de girar por un segundo,
como si el resto de la gente
hubiera dejado de existir.
Me besaste y todo desapareció,
en un segundo éramos sólo vos y yo,
peleando contra el reloj,
girando contra el mundo,
sólo para que ese beso
dure un rato más.
Me besaste,
y todo se transformó,
desaparecieron los grises,
ahora el mundo es de color.
Cecilia Noelia Zanoni
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