Cómo cuesta volver a confiar,
abrir el corazón,
dejar a alguien más entrar.
Qué difícil es bajar la guardia,
sacarse los prejuicios,
volver a creer
en que no todos son lo mismo,
que todavía hay gente diferente,
gente como uno:
con buenas intenciones.
Cómo cuesta volver a abrir el alma
dejar que alguien te abrace,
perder los miedos
y encontrar las ganas,
animarse a creer
y a querer.
Qué difícil resulta
regalar sonrisas,
dar sin esperar,
arriesgarse a llorar
para volver a sonreír.
Cómo cuesta entender
que sí vale la pena arriesgar,
que todo está bien
si se hace con el corazón.
Cecilia Noelia Zanoni
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