éramos dos niños nada más,
todo era como un sueño
donde no existía el sufrimiento ni el dolor.
Poco a poco fue pasando el tiempo,
y ese sueño parecía tan real,
pero fue una pesadilla
de la que ni tú ni yo podíamos escapar.
Luego desperté y me dí cuenta:
No todo estaba perdido.
Fue entonces cuando decidí
que podría volver a soñar.
Pero fue una pesadilla,
y esta vez no iba a escapar.
Me dí cuenta que escapando no ganamos,
siempre nos alcanzará.
Lo que realmente te salva
es afrontar los problemas,
ya no huyas, ese sueño
te atrapará una y otra vez,
y cuando logres resolverlo
será tu tiempo de despertar.Cecilia N. Zanoni.
( Escrito una tarde de Enero del 2009)
No hay comentarios:
Publicar un comentario