Mi inocencia fue
Causante de la inconsciencia,
Resultante de la ceguera
Que provoca tu dulzura,
Y ya no existe cura
Para calmar esta locura,
Ni hay remedio
Capaz de apagar el deseo.
Solo tus besos podrán
Apaciguar el fuego cuando quema,
Y tus caricias, locura divina,
Siempre sabrán reavivarlo.
Cecilia N. Zanoni
No hay comentarios:
Publicar un comentario