A pesar de la histeria
Y de todas las excusas
A pesar de mis miserias
Y también de las heridas,
Yo quiero decirte
Que no hay día en que no te piense,
Y que más allá de la ansiedad
Yo por vos esperaría
Durante toda la eternidad.
Cecilia N. Zanoni
Y ya no sabés
Si lo que estás haciendo
Es por inercia
O por conciencia,
Si es costumbre
O elección,
Tanta incertidumbre
Te nubla la razón;
Pero eso ya no importa
Siempre que la inercia
No te lleve para atrás
Cecilia N. Zanoni
De un momento a otro
Se me dió por robarte un beso,
La pregunta era
Si seguir mis impulsos
O pisar el freno.
De un momento a otro
Yo quería robarte una sonrisa,
Y me preguntaba
Si actuar por impulso
O pensar dos veces antes de hacerlo.
De un momento a otro
Ya no importaba nada más,
No había dudas al respecto
Sólo podía seguir mis impulsos
Sin pisar el freno.
De un momento a otro
Estábamos los dos riendo juntos,
Y en el momento menos pensado
Fuiste vos
El que no solo me robó un beso
Sino también
El corazón.
Cecilia N. Zanoni
Quiero ser
El orden en tu desorden
La calma en tus tempestades.
Quiero ser
Lo que te altera cuando todo está en orden,
-quiero ser todo tu desorden-
Y cuando todo sea calma
Quiero causarte tempestades.
Quiero ser
La que te calma y la que te altera
La que te ordena y te desordena,
La que te hace volar
Y también tu cable a tierra,
Todo eso de vos, yo quiero ser.
Cecilia N. Zanoni
Son tus manos curiosas
Tan juguetonas como cuidadosas.
Tus manos, que derrochan dulzura y picardía
Que acarician mi piel y la erizan,
Que se deslizan por mis miedos
Llevándoselos lejos.
Tus manos, dueñas del pecado
Que despiertan la pasión
Con tus dedos recorriéndome la espalda
Casi con desesperación.
Tus manos, se pasean por mis piernas
Suaves pero intensas,
Sintiendo todo ya
Como si el mundo se fuera a terminar.
Cecilia N. Zanoni
Caminaba a mi casa
Por las calles del invierno,
Mientras tanto iba pensando
Que esos ojos ameritan
Escribir una canción,
Simple y sencilla
Pero que sea del corazón,
Porque esa mirada
No es una mirada cualquiera
Es de esas que ya no se encuentran
Esas que te dejan ver el alma.
Y mientras caminaba
Me puse a preguntar:
Si es que tus ojos se merecen una canción,
Entonces qué hacer con tu risa
Que a cualquiera le despierta
Ganas de sonreír.
Y entonces entendí
Que no tengo mucho por hacer
Más que ofrecerle a tu risa
Todo mi mundo.
Cecilia N. Zanoni
Juego entre las cuerdas de tu guitarra
Me acuesto sobre el diapasón
Esperando que tus dedos
Toquen al ritmo que marque tu corazón
Me enredo entre nota y nota
Mientras tus manos convierten
En música mi cuerpo
Haciendo bailar las cuerdas
Al ritmo que tus manos bailan
Con mis piernas enredadas
Entre los acordes de tu guitarra
Tus dedos acarician mi espalda
Casi sin querer, o tal vez no
Mi sangre que se agita
Moviéndose al son de los acordes
Que tus dedos inventan
Mi pelo que se enreda
Con tus manos improvisando
No es algo que se entienda
Mi cuerpo ya está bailando.
Suenan tus acordes
Bajo por las cuerdas
Hasta tus manos inquietas
Suena tu canción
Mi cuerpo ya está bailando
Sobre el diapasón de tu guitarra
Cecilia Noelia Zanoni
