Que a mi no me sale
eso de disimular,
te lo dije muchas veces
y no lo quiero intentar.
Ya no tengo miedo de arriesgar
pero sí le tengo miedo a desbarrancar.
Ya no quiero alejarme nunca más,
y si me dejás,
yo te voy a cuidar.
Y si me cuidás,
no voy a dejarte solo
nunca más.
Cecilia Noelia Zanoni
Y un día te das cuenta
De que estás listo para amar,
Y pensás
Que vale la pena,
Que tenés ganas de intentar.
Y vas
Y la buscas
Y le contás tu verdad,
Pero al abrir tus ojos
Ella no está más
Su cuerpo se esfumó
Entre tus palabras,
Su amor ya no está
Ni quiere estar.
Porque cuando ella
Estaba lista para amar
Vos te esfumaste
Sin dejarla ni siquiera
Parpadear,
Y ahí estaba él
Dispuesto
A amarla como vos
No te animaste a amar.
Cecilia Noelia Zanoni
Sus ojos brillantes y anaranjados
por el brillo del sol
que todavía asoma
alguno de sus brazos
desde el horizonte.
El sonido del río de fondo
sus labios hablando suave,
como el viento que acaricia
y despeina su pelo.
El atardecer en esos ojos incendiados
y el rostro cálido
teñido por el reflejo
mientras muere el sol,
en esos pocos minutos
hasta que el último rayo
se esconde a lo lejos.
Pero aún cuando el sol
atraviesa el horizonte
sus ojos se mantienen rojizos y brillantes,
y siempre que lo miro puedo ver
el atardecer en sus ojos.
Cecilia Noelia Zanoni
Hoy te miro
Estás nublado
Y a mí me gustás más
Cuando brillás,
Porque no puedo encontrar
Belleza más natural
Que el amanecer de tus ojos,
Sensación más agradable
Que el brillo de tu risa.
Cecilia Noelia Zanoni
