22 de febrero de 2010

Y es así, "Sólo se trata de vivir"

No, no me digas que no vas a llegar... A todos nos cuesta, y sé que es difícil, pero más difícil será para el que no la pelée... Muy dificultoso se hace llegar a la meta, lo sé, pero cuanto más lejana sea, más lejos vamos a llegar; si por miedo a no llegar bajamos nuestras expectativas, mucho menores serán nuestros logros...
Tranquilo, mirá al frente sin bajar la mirada y seguí por más duro que parezca... Pero sé cuidadoso, no corras, simplemente caminá, porque lo importante no es llegar, sino saber hacerlo sin perder el rumbo, sin perder de vista la meta, sin olvidar nuestro verdadero objetivo, y sin desvalorizar cada piedra en el camino, cada resbalón, cada tropezón... Cada aprendizaje. Cuando éstas dificultades aparecen no las esquives, como ignorando su existencia; si caés no intentes olvidar que lo hiciste, simplemente utilizá ese tropezón para aprender y así intentar que no te vuelva a pasar; y dicho sea de paso, si te vuelve a ocurrir no te sientas mal: quién no tropezó dos veces con la misma piedra? Sí, se sufre, pero se aprende... Y si realmente tenes las agallas de enfrentar e intentar solucionar un problema, no te olvides de ir a la raiz del mismo, porque de nada sirve matar a la flor si la semilla sigue viva; si al intentar solucionar un problema no lo hacemos de raiz, vuelve a aparecer, y eso hace que se haga difícil creerlo, pero todo problema tiene solución en cierto punto, simplemente hay que saber atacarlo desde la perspectiva adecuada.
No hay fuerza que le gane a la de tu corazón y tu pensamiento, confiá en vos. No camines solo, pero tampoco dependas de nadie. Luchá por vos mismo, si no lo hacés ¿Quién más lo va a hacer? Valorate por lo que sabés que sos y valés; para que te respeten y poder respetar al resto, primero tenés que respetarte a vos... Para lograr amar y ser amado plenamente, amate... Si no podés hacerlo es porque en algún punto sabés que te estás equivocando en algo que no te deja estar tranquilo, intentá buscar tus errores, reconocerlos, y arreglarlos. De los errores se aprende... Cuando hagas algo, pensalo antes, de esta forma, si lo hacés no tenés por qué avergonzarte, ya que si te avergüenza es porque creés que está mal, por lo tanto, no lo vas a hacer, y así no vas a tener de qué arrepentirte.
Y si algún día te faltan fuerzas, no olvides que tengo mi mano extendida para empujarte a seguir, siempre.




Cecilia Noelia Zanoni.

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